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Sus Promesas

  • Foto del escritor: CDA Lares
    CDA Lares
  • 18 mar
  • 2 Min. de lectura
Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.- Hebreos 10:23 (NVI)

Cada día, elegimos depositar nuestra confianza en algo. Puede ser algo pequeño, como confiar en que nuestro carro nos llevará al trabajo,  confiar en que nuestro paquete será entregado en la casa correcta, o confiar en que vas a comer algo todos los dias. Sin embargo, también tenemos la opción de depositar nuestra confianza en algo más grande, mucho más allá de estas pequeñas cosas temporales. Podemos confiar en Dios y en sus promesas todos los días. Deuteronomio 31:8 dice: “El Señor va delante de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te desamparará. No temas ni te desanimes”. No tenemos por qué preocuparnos por poner nuestra confianza en Dios. Él no nos abandonará ni se retractará de sus palabras. Él es fiel a sus promesas y está a nuestro lado en todo momento.


Para algunos de nosotros, puede resultar difícil depositar nuestra confianza plena en las promesas de Dios porque lo que estamos viendo y viviendo no va de acuerdo con lo que El nos promete. Vemos familias destrozadas, hijos descarriados, jóvenes negando su identidad y, en general, todo el caos que el enemigo ha creado. Afortunadamente, podemos ver cómo Dios ha cumplido sus promesas a otras personas. La Biblia nos ofrece muchas historias que demuestran que nuestra fe en las promesas de Dios no está fuera de lugar. Muchas personas a lo largo de la Biblia recibieron las bendiciones de las promesas cumplidas de Dios. En  Hebreos 11 vemos varias, entre ellas a Noé, Abraham, David etc. Y así mismo cómo ellos recibieron sus promesas cumplidas nosotros también recibiremos las nuestras si confiamos en El.


No tenemos por qué temer que Dios no cumpla sus promesas para nuestra familia. Podemos depositar nuestra confianza en Él y en las promesas que nos ha dado en Su Palabra. Es posible que a veces nos enfrentemos a dudas o preocupaciones. Cuando esto sucede, podemos recurrir a Él en medio de nuestra incredulidad y pedirle ayuda. Su mayor promesa cumplida fue a través de Jesucristo. A través de Cristo tenemos redención y esperanza viva para el futuro. Así que te pregunto hoy, ¿que te está deteniendo para confiar en sus promesas?

El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en él esperó mi corazón. Fui ayudado, y se gozó mi corazón; con mi canción le alabaré.- Salmo 28:7 (RVA-2015)
 

Verdad de la Semana:

Confía en Sus promesas.



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