Preparando el Corazón para la Palabra
- CDA Lares
- hace 2 días
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Mateo 13:3-9, 18-23 (RVR1960)
“He aquí, el sembrador salió a sembrar…”
Jesús nos enseñó que el Reino de Dios es como un sembrador que esparce su semilla. Sin embargo, no toda semilla crece de la misma manera, porque el terreno donde cae es diferente. Veamos los cuatro tipos de terreno según la parábola:
El camino: Representa un corazón endurecido donde la Palabra no puede penetrar.
Pedregales: Son personas que reciben la Palabra con gozo, pero como no hay profundidad, se desaniman fácilmente.
Entre espinos: Aquí la Palabra sí crece, pero las preocupaciones y el amor al mundo la sofocan.
Buena tierra: Son aquellos que escuchan, entienden y dan fruto.
Cada uno de estos terrenos tiene sus propias dificultades. Hoy en dia enfrentamos muchas distracciones: redes sociales, problemas financieros, dudas sobre el futuro, relaciones complicadas. Todo esto puede convertirse en piedras o espinos que impiden que la Palabra de Dios transforme nuestras vidas. La Palabra también nos dice que en estos tiempos finales el corazón de muchos se enfriará (endurecerá) Mateo 24:12. Entonces, ¿cómo podemos ser buena tierra?
• Preparando nuestro corazón- A través de la oración y la meditación en la Palabra.
• Sacando las piedras- Eliminando hábitos que nos alejan de Dios.
• Cuidando nuestro crecimiento- Rodeándonos de personas que fortalezcan nuestra fe.
• Dando fruto- Compartiendo el Evangelio y reflejando a Cristo en nuestras acciones.
La siembra y la cosecha son un trabajo duro. Y aunque la semilla (Palabra) que Dios quiere sembrar en nosotros siempre es buena, esto no significa que todo el trabajo está hecho. Nos corresponde una parte, y es asegurarnos de que el terreno siempre esté preparado. Vivimos en un mundo que constantemente nos contamina y pisotea la obra que el Espíritu Santo hace en nosotros. Lo que significa que debemos examinar nuestro corazón constantemente para ver en qué estado se encuentra y trabajarlo.
Reflexiona:
¿Cuál de estos terrenos describe mejor mi corazón hoy?
¿Está mi corazón endurecido a la voz de Dios? ¿Cuándo fue la última vez que lo escuché?
¿Qué “piedras” o “espinos” necesito remover para crecer en la fe?
¿Cómo podemos ayudarnos los unos a los otros a ser buena tierra para la Palabra de Dios?
Oración final:
Señor, quiero que mi corazón sea buena tierra. Ayúdame a eliminar lo que me aparta de Ti y a recibir Tu Palabra con humildad y compromiso. Que mi vida dé fruto y refleje Tu amor. Amén.
Verdad de la Semana:
Examina tu corazón constantemente.
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