Es tiempo de sembrar y cosechar
- CDA Lares
- 8 abr
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El que mira al viento no sembrará; el que mira a las nubes no segará. Así como no sabes el camino del viento ni cómo se forma el cuerpo en el vientre de una madre, tampoco puedes entender la obra de Dios.- Eclesiastés 11:4-6
El evangelismo es la obra de Dios llevada a cabo a través de personas. La vida diaria de la iglesia se desarrolla alrededor de nuestra primera prioridad, alcanzar quienes no conocen al Señor. Dios quiere que todos los hombres sean salvos. Hay que llevar el evangelio dentro de la iglesia, entre amigos, en la comunidad y en todo el mundo. Hemos sido llamados a llevar las Buenas Nuevas de Salvación. Y tenemos la Biblia, y ella tiene la respuesta para cada pregunta. En Eclesiastés vemos que el que espera condiciones perfectas para sembrar o cosechar no lo hará. Para poder evangelizar (sembrar) hay que preparar el terreno, por medio de la oración. Plantar la semilla, la Palabra de Dios. Cultivar y nutrir, discipulando. Cultivando una relación con la persona evangelizada. Y cosechamos cuando la persona llega a Cristo. Es un proceso largo, y si esperamos el momento perfecto, nunca comenzaremos.
Dios creará en tu vida las condiciones y circunstancias para que puedas entregar las semillas que están en tus manos. Nuestro trabajo es plantar la semilla, sin importar las circunstancias que nos rodean y dejar el resultado a Dios. Es siempre tiempo de cosecha para la iglesia. El mundo es un campo listo para la siega, ahora es el momento oportuno para predicar el Evangelio y llevar a las personas al Reino de Dios. El que siembra poca semilla cosechará poca cosecha, pero el que siembra abundantemente, cosechará abundante cosecha. Si las semillas son plantadas cuidadosamente y con oración, Dios dará el incremento. Dios espera que nosotros sembremos la semilla en alguien y él se encargará.
Recordemos también que entre la siembra y la cosecha hay muchos peligros y tenemos que ser guardianes de esa siembra. Nuestra meta es el de cosechar almas. Pero sabemos que el enemigo hará todo lo posible para evitar que alcancemos nuestra meta. Pensar que existe un momento "perfecto" para evangelizar es una de las grandes mentiras del enemigo. Sembremos en todo tiempo y lugar. Oremos para que los salvos tengan una visión por el mundo perdido. Que Dios pueda moldearlos y despierten hacia la necesidad de sembrar y alcanzar más cosecha. Que se puedan unir a la fuerza laboral de Dios. El tiempo se está acabando. Y la cosecha se echará a perder si es que fallamos en la Gran Comisión. Así que adelante, pues no nos queda mucho tiempo. Y tú, ¿en quién puedes sembrar hoy?
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo- Mateo 28:19-20
Verdad de la Semana:
Siembra abundantemente y sin temor.
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