"Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." – Juan 10:10
Cuando escuchas la palabra "abundancia", ¿qué te viene a la mente? ¿Es dinero en el banco, una casa más grande o vacaciones lujosas? El mundo mide la abundancia por la riqueza, la fama o las posesiones. Pero si eso es cierto, ¿por qué tantos que tienen estas cosas siguen buscando la felicidad? Jesús habló de un tipo diferente de abundancia: una que no está ligada a las cosas materiales, sino a la plenitud que se encuentra en Él. La verdadera abundancia es la paz, el gozo y el amor. Es el tipo de riqueza que no se puede comprar porque proviene del cielo.
Tómate un momento y mira a tu alrededor. ¿Eres salvo? ¿Tienes familia o amigos cercanos? ¿Tienes comida para comer, un techo sobre tu cabeza y aliento en tus pulmones? Estas son las señales de la provisión de Dios y de Su amor por ti. Y muy a menudo las pasamos por alto porque nos centramos en lo que creemos que nos falta. ¿Qué pasa si la abundancia no tiene que ver con lo que acumulamos, sino con reconocer lo que ya tenemos? ¿Qué pasa si se trata de los pequeños momentos: la risa de un niño, una taza de cafe con un amigo, la sonrisa de la abuela o un abrazo en el momento justo?
Esta semana, te animo a reflexionar sobre lo que realmente significa la abundancia. Pídele a Dios que te abra los ojos a las bendiciones que Él ya ha puesto en tu vida. Aprendamos a vivir con corazones agradecidos, sabiendo que a través de Cristo, ya tenemos todo lo que realmente necesitamos. Aunque el mundo no lo vea, quizas ya vivimos una vida de abundancia y no nos hemos dado cuenta.
Verdad de la Semana:
La abundancia es tener el corazon lleno.
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